sábado, 28 de enero de 2012

¿Aún Cavilando?

26/01/2012

                Hoy mi viejo amigo, la Av. Pershing es nuevamente testigo de mis locas cavilaciones, de nuevo sus cálidas luces me llenan de sosiego; aunque debo reconocer que mis pies extrañan ese frio que conforta, como el abrazo de un amigo al cual no se ha visto hace mucho, esas cosas que hacen cálida tu compañía, hoy necesito que tus frías manos me den ese descanso que se consigue al oírte murmurar. Te cuento viejo amigo, estoy feliz, en el trabajo logré subir una escalinata a ese desafío que consiste en alcanzar una meta.

                ¡Ah! Viejo amigo, hoy no estoy pensando en sonrisas burlescas de líneas Oriones, ni en dulces amadas que fueron y ya no lo son; solo sonrío feliz y esbozo ese descanso que necesitan mis agotados pies, pobres ellos, me sirven tan dedicadamente todo el día y yo ingrato no los llevo a visitarte para que los acaricies tan cálidamente, tan fríamente con tus aguas.

                Tú sabes viejo amigo, nuevas tareas, nuevos rumbos, nuevos mundos, y mis pies me siguen muy humildes ellos. ¡Vaya de tanto pensar no me he dado cuenta que mi movilidad se acerca!, esperen no me dejen ya es tarde debo subir.

Bueno viejo amigo hoy cierro de tanto pensar.
  
27/01/2012

                Hoy la ruta es la misma, mi viejo amigo; ya se me hace familiar esta Lima, la Horrible, como la llamara Sebastián, estoy conociendo lugares tan caóticos como llenos de vida, salgo presuroso de la oficina para alcanzar al primer monstruo de metal que me llevará a mi primer destino, tan alejado como quiera uno, como una conversación contigo o con la de una buena compañía. Gamarra se abre paso tragando a todo aquel que se acerca a sus fauces, asi nos da la bienvenida, con un loquerío tan lógicamente armado por sus comerciantes, ambulantes, acopiadores, visitantes y aguadores, todos pululando como hormiguitas, en tanto la movilidad sortea audaz a las demás para llegar a su destino, o quizás sea el mío, quien sabe; mientras el cobrador vocifera en una guerra de gargantas explicando a donde irá.

              Paso El Agustino muy raudo, San Juan de Lurigancho me recibe tan atrás como siempre, tan cambiante, mejorando, mucho mejor. Tan complicado como todo lugar que empieza a sufrir los dolores de empezar a crecer; compañeros, sonrisas, saludos de manos invitando a una bienvenida afectuosa en mi primer punto, con este inicio el largo recorrido de aventuras de mi nuevo trabajo, todo bien, salto al otro lado, paso como una brisa. 

              Es momento de regresar a El Agustino, el desorden es la primera impresión, a veces tan gritón como una pelea de gallos, pero en los cementerios no se mueve ni una sola alma, tan callado tranquilo, con la sosegada paz de la muerte y unas flores que la adornan, un portal, una sonrisa hermosa me habla, respiro tranquilidad, no entiendo, solo miro, nada más por hoy.  

              Calmado me retiro, es momento de enfrentar al monstruo de mil cabezas como bien ha descrito al Centro de Lima Enrique en su cuento El niño de Junto al cielo. El Centro siempre tan bullicioso, tan caótico, tan vivo, un Jirón de la Unión en donde muchos escritores se vieron las caras y gozaronde sus complejas charlas.
              
              Manos que estrechan, que ayudan, un Centro Cívico hoy convertido en un Centro comercial me traga en su garganta por donde cruza el Metropolitano, vuelvo a resurgir del túnel y el Centro Cívico me alegra con sus colores, rostros amigos y bellas sonrisas me reciben, me despiden.

              Alfonso Ugarte jamás pensó que su nombre significaría confusión de sonidos emitidos por esos carruajes de metal, todos pululando por ver quién de ellos se llena hasta no poder más, Él jamás se imaginó que su nombre sería sinónimo de Metros y Metropolitanos o de un Guadalupe orgulloso que se niega a caer. Mi visita es rápida, un Anconero me acoge con rapidez, se apresura indesmayable hasta Fiori, el Camino a Plaza Norte esta cerrado.

              Solo unos pasos y entro en ese hermoso edificio que para ellos significa la gloria, niños, juegos, ropa, es decir gastos; pero todos felices, todos sonrientes. Una escalera eléctrica me eleva hacia un tercer piso donde una dama que recién empieza me sonríe, pregunta por un amigo, es una niña aún, como todas las chicas hoy por hoy; debo apresurarme. La escalera me baja, una princesa azul me saluda y me envía alegrías, otras manos que estrechan y preguntan si seguiré con ellos, claro esta otro día vendré.

              Y otro Metro, una amiga, un beso en la mejilla, gracias; un Mega que se visten de fiesta con sus visitantes, todos ellos con locuras y princesas azules, es buen momento para disfrutar de las delicias de los frutos de la tierra, preparados con destreza por una joven cocinera, y atendido por una joven de agraciada mirada. Lo esperamos de nuevo se oye cuando me retiro. Sí, Quizás vuelva, digo en voz baja.

              Ahora Comas me espera con ansias, el recorrido es largo, tantos vendedores de penas, tantas lombrices exageradamente grandes, amarillas todas llevan en su interior a toda una manada de animales racionales, dormito, no debo hacerlo. Al fin he llegado, el atardecer ya se nota, el sol que siempre castiga se a cubierto un poco de nubes grises, eso es bueno. Saludos, motivados por saber si la gracia monetaria los alcanzará mañana, malas noticias, habrá que esperar un poco más.

              Otro portal que me despide, un carruaje que me lleva y PRO se ve bullicioso, mercaderes, mas allá a paso rápido, mis amigos, compañeros se alegran cuando confirman que ahora los veré siempre; adiós, debo continuar, Naranjal, Canta y Callao, una amiga, otro beso en la mejilla, un sorbo de agua refresca a este viajero, falta poco se oye su explicación, que bueno sigue adelante.

              Un recorrido me lleva a un lugar conocido, viejos rostros me saludan, aun bellas no las olvido. Debo partir de prisa, una princesa azul con su compañera, ella habla no la escucho, solo miro lo que escribe, se equivoca, me sonríe, me alejo, un saludo muy fraterno y ya es tiempo de volar. Un puente, una Aventura, tres puntos en un mismo lugar, algunos rostros tan llenos de vida, otros solo serios. 

              La Marina, siempre tan extravagante, siempre tan bulliciosa, todos comprando, yo mochila en las espaldas, recojo las metas alcanzadas por mis compañeros, es el final de un recorrido con San Miguel a mis espaldas. 


              Una "S" me retorna al inicio, al cuartel, un amigo, dos amigos, un poco de agua, una puerta que se cierra, unos pasos, y otra vez Pershing recibiéndome con sus cálidas luces. Otra vez mis pies te extrañan. Pero estoy Feliz, porque he logrado subir una escalinata más.

viernes, 6 de enero de 2012

Cavilaciones

Mi viejo amigo, la cálida luz de los postes de la Avenida Pershing calman un poco el ambiente cargado que se vive a esta hora; me encuentro sentado en este lugar alrededor de una hora esperando mi movilidad, pero todo esta lleno; el bus de costumbre, el que siempre viene vacío por estas horas no ha pasado. He visto pasar varios buses de la linea "JV", de ambas empresas, están copadas hasta los techos.

He visto pasar la "C" de la Orión he imagino que en una de ellas estará mi amiga, solo espero que no se burle al verme aquí sentado aún. 

Lanzo un suspiro: ¡Qué tonto! me digo en voz alta, la gente me mira extrañada - Si, Que tonto- repito más bajo - ya debería estar en mi casa- por hoy tomaré dos carros, de lo contrario jamás llegaré, otra Orión "C" pasa y la veo esperando ver a mi amiga, supongo que va sentada, privilegio de pocos en estos tiempos de calles congestionadas y movilidades abarrotadas.

¡Por fin una combi vacía! Es un "Aleluya", hoy soy uno de los pocos privilegiados, cuando uno esta meditabundo, el tiempo parece pasar lento, pero el mundo y el tiempo son crueles en su recorrido, no paran porque uno pare a meditar; estoy en el asiento del fondo , al lado de la ventana izquierda, veo afuera y todo parece ir lento, de pronto la realidad golpea con un cobrador que pide el pasaje, este mundo esta muy apurado a pesar de las congestiones en Sucres, Plazas, Venezuelas y Argentinas, todos puntos caóticos de la ciudad por las noches en horas puntas.

La gente corre, los autos corren, yo mismo corro, de pronto una melodía interrumpe mis cavilaciones, una balada que como de costumbre habla de un amor perdido. Por hoy paro, no mas cavilaciones, mejor duermo hasta llegar a mi destino. Nos encontramos viejo amigo.

PD.- La canción que sonaba era "Tu Recuerdo" de los Ilegales... es una canción que no me trae recuerdos de nada, pero me agradaba mucho cuando era adolescente...